Ernesto es un niño que ha suspendido cuatro asignaturas y se tiene que quedar sin las vacaciones de verano. Un día, el pequeño Ernesto decide salir a pasear a la arboleda donde solía caminar con su abuelo. Recuerda perfectamente bien que le encantaba mirar los trenes en compañía de su abuelo, el cual había sido maquinista.Pero las cosas han cambiado, la arboleda ya no es la misma y el tren dejó de pasar por ahí; incluso han retirado las vías. Allí, en la arboleda, se encuentra con Marijuli, una niña repipi pero simpática de su clase. Ambos conocen, ese mismo día, al hada de la arboleda, Rufina. Con ella pasan mil aventuras y también ayudan a mucha gente. Cuando termina el verano, Rufina decide marcharse a ayudar a más gente en otras ciudades. Al final, Ernesto aprueba las cuatro asignaturas en septiembre y, se da cuenta de que, además de pasar el mejor verano de su vida, ha hecho dos buenas amigas: Marijuli y Rufina.
Ernesto es un niño que ha suspendido cuatro asignaturas y se tiene que quedar sin las vacaciones de verano. Un día,
el pequeño Ernesto decide salir a pasear a la arboleda donde solía caminar con su abuelo. Recuerda perfectamente bien que le encantaba mirar los trenes en compañía de su abuelo, el cual había sido maquinista.Pero las cosas han cambiado, la arboleda ya no es la misma y el tren dejó de pasar por ahí; incluso han retirado las vías. Allí, en la arboleda, se encuentra con Marijuli, una niña repipi pero simpática de su clase. Ambos conocen, ese mismo día, al hada de la arboleda, Rufina. Con ella pasan mil aventuras y también ayudan a mucha gente. Cuando termina el verano, Rufina decide marcharse a ayudar a más gente en otras ciudades. Al final, Ernesto aprueba las cuatro asignaturas en septiembre y, se da cuenta de que, además de pasar el mejor verano de su vida, ha hecho dos buenas amigas: Marijuli y Rufina.