A Oliver Button le llamaban nena, porque no le gustaba hacer las cosas que hacían los demás chicos. Le gustaba pintar, pasear por el bosque, disfrazarse y, sobre todo, bailar. Comenzó a ir a clases de danza, y el día que actuó en el concurso de talentos con sus brillantes zapatos de claqué, dejó asombrados a sus compañeros. Desde entonces, Oliver Button dejó de ser una nena para convertirse en una estrella.
A Oliver Button le llamaban nena, porque no le gustaba hacer las cosas que hacían los demás chicos. Le gustaba pintar, pasear por el bosque, disfrazarse y, sobre todo, bailar.
Comenzó a ir a clases de danza, y el día que actuó en el concurso de talentos con sus brillantes zapatos de claqué, dejó asombrados a sus compañeros. Desde entonces, Oliver Button dejó de ser una nena para convertirse en una estrella.